Una API (Application Programming Interface – Interfaz de Programación de Aplicaciones) de IA es un conjunto de reglas y protocolos que permite a diferentes programas de software comunicarse y utilizar las capacidades de un modelo de Inteligencia Artificial, sin necesidad de entender o alojar la complejidad del modelo en sí.
Imagina que quieres añadir una función de traducción automática a tu sitio web. En lugar de construir y entrenar tu propio modelo de traducción (lo cual es muy complejo y costoso), puedes usar la API de IA de un proveedor (como Google Translate o DeepL). Tu sitio web simplemente «llama» a la API enviándole el texto a traducir, la API se comunica con el potente modelo de IA del proveedor, y este devuelve la traducción a tu sitio web para que la muestres al usuario.
Las APIs de IA son como «enchufes» o «ventanillas de servicio» que permiten a los desarrolladores integrar fácilmente funciones avanzadas de IA (como reconocimiento de imágenes, procesamiento de lenguaje, generación de texto, etc.) en sus propias aplicaciones, pagando normalmente por el uso que hacen de ellas.