Imagina una receta de cocina. Te dice paso a paso qué ingredientes necesitas y qué acciones debes realizar en un orden específico para conseguir un resultado: un pastel delicioso, por ejemplo. Un algoritmo es, en esencia, muy parecido: es un conjunto de instrucciones o reglas claras y ordenadas que se siguen para resolver un problema o realizar una tarea.

No es algo exclusivo de la informática o la inteligencia artificial; usamos algoritmos constantemente en nuestra vida diaria sin darnos cuenta (como seguir las instrucciones para montar un mueble). Sin embargo, en el contexto de la IA, los algoritmos son fundamentales. Son las «recetas» que los ordenadores y sistemas de IA siguen para procesar datos, aprender de ellos, tomar decisiones, hacer predicciones o generar contenido nuevo. Desde el sistema que te recomienda películas hasta el que reconoce tu voz, todo funciona gracias a algoritmos diseñados específicamente para esa tarea.

En resumen: un algoritmo es el plan detallado paso a paso que una máquina sigue para lograr un objetivo.